Seguramente llegaste a este artículo porque quieres aprender a cómo controlar los impulsos agresivos. O porque consideras que tienes reacciones que no van acorde a algunas situaciones de tu vida. Lo cierto es que más allá de controlar, tenemos que conocer la naturaleza de esta agresividad y cómo es que de alguna forma “la controlas”.
Los impulsos agresivos no solo afectan a la persona que los ejecuta, sino también a su entorno. Lo cual puede aislarlos de las personas que le resultan significativas y que no pueda formar relaciones funcionales y perdurables en el tiempo.
Por ello te explico algunas estrategias que pueden estar desencadenando estas conductas y de qué forma podrías empezar a prestarle atención a estos impulsos y crear nuevas conductas que te ayuden a sobrellevarlo.
Factores que desencadenan los impulsos agresivos
Cuando te haces la pregunta sobre cómo controlar los impulsos agresivos o ¿Por qué estoy reaccionando de esta manera ante esta situación? Es porque existe una raíz, y te mencionare algunos de los factores que influyen en la aparición de estos impulsos:
1.Núcleo familiar disfuncional
El Psicólogo Albert Bandura nos explica que somos capaces de aprender patrones de conducta a través de la repetición. Si dentro de tu entorno familiar fueron utilizadas constantemente palabras negativas o con entonación agresiva es muy probable que lo normalices cuando estés en una edad adulta.
O en el peor de los casos presenciar abusos físicos por parte de tus padres o conyugues. Del género masculino o femenino. Curiosamente en Estados Unidos se evidenció que la violencia domestica aumentó al menos un 8.1% durante el confinamiento de la pandemia. Esto fue expuesto en un artículo publicado por CNN en Español.
2. La agresión como control del entorno
Esto ocurre en ambientes donde uno de los padres fue una persona totalmente autoritaria y ejerció algún tipo de control a través de la violencia física o verbal. De esta manera aprendiste que una de las formas más básicas de poder ilusoriamente tener el control ante algo, es tomando una conducta hostil que terminaría por ser agresiva.
Un entorno familiar funcional es donde se respeta la individualidad de cada uno de los miembros estableciendo límites y normas que puedan mantener la armonía de cada uno de los miembros.
Si estás buscando aprender a cómo controlar los impulsos agresivos, es necesario evaluar tu historia de vida y qué patrones de conducta has aprendido.
3. Patrones de conducta hostiles
Los patrones de conducta tienen mucha relación con el aprendizaje por observación. Indudablemente de manera consciente o inconsciente aprendemos conductas de las primeras personas con las que crecemos. Sean nuestros padres o bien esas figuras que fueron responsables de nuestro crecimiento.
Los patrones de conducta hostiles se pueden desarrollar de la siguiente forma:
- Falta de comunicación. Se te dio una serie de normas que debes seguir sin explicar un porqué. En familias donde los padres son autoritarios existe la falta de comunicación que a su vez silencia la experiencia de las emociones.
- Dificultad para expresar emociones. Si los padres son autoritarios es muy difícil que se manifiesten situaciones de vulnerabilidad, de llegar a acuerdos y mucho menos pedir perdón. Es por ello que también creces pensando que no es necesario exteriorizar ni mucho menos sentirte de esta manera porque eres débil. Lo cual también ocasiona que crezcas reprimiendo una serie de emociones que te limitan a su vez de ser un humano funcional ni mucho menos “controlar” o entender estos impulsos agresivos. Ya que también, la agresividad es considerada como una emoción negativa y de la cual es muy difícil hablar sin que tenga un tabú.
4. Como forma de protección
También existe un porcentaje de la población que ha sufrido un trauma. Ya que han sido abusados de manera física o violentado de alguna u otra manera su cuerpo e integridad.
Cuando algún individuo muestra rasgos de emitir una conducta parecida al primer agresor nuestro sistema límbico lo percibe como una amenaza. Y es cuando existen altas probabilidades de emitir una conducta agresiva o bien un impulso agresivo.
Ya que se activa el recuerdo del trauma y se puede obtener como algunas de las tantas respuestas estos impulsos agresivos.
Consecuencias que generan los factores de conducta agresiva
Confiar en tí mismo no garantiza el éxito, pero no hacerlo garantiza el fracaso.
Albert Bandura. Psicólogo Canadiense.
Existen una cantidad considerable de consecuencias en quienes han tenido un núcleo familiar disfuncional o han crecido con estos patrones de comportamiento. Te menciono las que considero que tienen un gran impacto, pero que también con mucha constancia pueden ser moldeados y modificados para que el paciente pueda tener una vida mucho más funcional y sana.
Baja autoestima
Aquellas personas que fueron maltratadas de manera física y verbal tienen grandes problemas de seguridad en sí mismas en la adolescencia y en la vida adulta. Si se le repitió constantemente que todo lo hace mal, o que no sirve es lo que pensará constantemente, aunque no sea de manera consciente. Lo cual desencadena inferioridad, complejo de impostor entre otros.
La baja autoestima nos impide creer que somos capaces de lograr lo que sea que nos propongamos.
Dificultad para tomar decisiones
Cuando se crece en un entorno donde los padres fueron muy autoritarios y decidieron el 100% de lo que para ti era “mejor” es como inhabilitarte por completo. Consideraron que era la mejor manera de “protegerte” del mundo que ahora no sabes cómo tomar decisiones, y lo que es peor en algunos casos temes a equivocarte porque equivocarte es un error mortal.
Esta dificultad para tomar decisiones también puede llevarte a otras áreas como:
- La falta de identidad.
- No tener objetivos claros hacia lo que quieres en la vida.
- Sensación de vacío.
- Emociones como la nostalgia, la tristeza. En algunos casos también para contrarrestar estas sensaciones el individuo puede buscar la euforia.
Hábitos disfuncionales o denominados tóxicos
Cuando una persona se siente constantemente incapaz de lograr sus objetivos cae constantemente en un estado de apatía y depresión que lo puede llevar a ejecutar conductas que generan una falsa alegría. Entre ellas las compras innecesarias, el abuso de sustancias como el alcohol o drogas, ejecutar deportes extremos, llevar una mala alimentación y aislarse.
Rasgos de conducta anti social
Esta es una de las conductas que más detenimiento a mi parecer hay que tener y es donde los pacientes deben aprender a cómo controlar los impulsos agresivos. Cuando una persona creció en un ambiente hostil y donde constantemente existen agresiones verbales comienza a ejecutar este tipo de acciones y a emitirla hacia otros.
Algunas de las conductas que se pueden mencionar son:
- Bullyng o acoso escolar. Son protagonistas de ejecutar estas mismas acciones hacia sus compañeros de clase convirtiéndolos en sus “esclavos” ocasionando terror en la persona en la cual es emitida esta conducta y a su vez puede comenzar a desarrollar la serie de factores mencionados en este artículo.
- Piensan constantemente en como satisfacer su placer inmediato saltándose las normas que conforman en la sociedad.
- No tienen planes a futuro. Por lo que tener un presente “plano” o “vacío” les resulta aburrido. Encontrarán estimulación a través de conductas adictivas como las drogas.
Cómo controlar los impulsos agresivos
Si bien a lo largo de este artículo he mencionado algunas características que pueden estar haciendo que estos impulsos sean más o menos frecuentes. Existen algunas acciones que puedes ejecutar para tomar protagonismo en esta conducta y por consiguiente tener una vida más funcional:
Conociendo a profundidad tu historia
Basándonos en los factores ya mencionados anteriormente, una de las formas de aprender a cómo controlar los impulsos agresivos es conociendo su origen. La terapia Psicológica te permite profundizar en estos aspectos y conocer de qué forma se comportaron las personas de tu alrededor y que ha hecho que te comportes de esta manera en la actualidad.
Conociendo tu historia podrás tomar la decisión de mejorar patrones de comportamiento que sin duda no te acercan a la persona en la que te quieres convertir.
Tenerte paciencia
Una vez que conoces tu historia es importante que la paciencia te acompañe en este camino, es la que te permitirá no abandonar. Queremos como satisfacción inmediata que un cambio se genere a la brevedad y esto en muchos casos no es posible. Sobre todo, si es una conducta que llevas ejecutando alrededor de 10 o 15 años. Lo importante es poder generar nuevos hábitos y mantenerlos para que puedan ayudarnos a batallar contra los viejos.
Haciendo consciente lo inconsciente tenemos la voluntad de decidir qué acciones podemos tomar en nuestro presente para convertirnos en un ser humano funcional. Y lo que es mejor aún, que sintamos bienestar con lo que somos.
Evaluar conductas desencadenantes
A medida que te vas conociendo aprendes a cómo controlar los impulsos agresivos. Una gran y efectiva forma es describiendo en un diario aquellas situaciones en las que sentiste que ibas a reaccionar de manera agresiva.
De esta forma se pueden buscar conductas alternativas para disminuir el impacto de la emoción sin reprimirla.
También hablarlas dentro de la terapia psicológica nos ayuda a identificar aquellas conductas denominadas agresivas o bien el origen de estos impulsos y como podemos canalizarlos en el día a día.
Trastornos que forman parte de impulsos agresivos
Existe una gran diferencia entre ciertos impulsos agresivos a un trastorno del control de los impulsos y es por ello que te explicaré un poco de que se trata.
El DSM-IV explica que se convierte en trastorno cuando el individuo tiene una fuerte dificultad para controlar conductas que pueden resultar nocivas tanto para el que la ejecuta como para los que forman parte de su entorno.
Además de esto el individuo una vez que ejecuta esta acción le genera un placer inmediato. En algunos casos si el individuo hace un análisis de esta satisfacción puede desarrollarse una disonancia cognitiva en la que se pregunte ¿Por qué estoy sintiendo placer ante una conducta que claramente no es “buena”? Y es allí donde puede tener sentimientos de culpabilidad o en algunos casos de reproche ante los otros porque gracias a ellos “se desencadenó” el suceso.
A continuación, te menciono los trastornos del control de los impulsos y sus características:
1. Trastorno explosivo intermitente
El trastorno explosivo intermitente se distingue porque es un episodio desproporcionado ante una situación que pareciese no tener tanto impacto. Un ejemplo común de esto es ir al supermercado y encontrar que el precio de uno de tus alimentos habituales ha subido un poco de precio.
Algunas de estas otras características que le acompañan son: Cólera, violencia física, verbal o ambas.
La persona que le experimenta puede tener una actitud positiva durante todo el día. Tampoco se le atribuye al consumo de sustancias. A través de estos explosivos episodios la persona puede liberar tensión reprimida.
2.Ludopatía
La ludopatía se caracteriza porque el individuo posee una compulsión por apostar a juegos y todo lo que este ambiente representa. Además de esto sin pensar en las consecuencias de que es lo que se apuesta. Ya sea un auto, una casa o una propiedad de alto valor.
Ya que una vez que se apuestan estas cantidades se tiene la idea ilusoria de recuperar lo que se ha perdido dentro del juego. El ludópata tiende a deteriorar tres áreas de su vida: La relacional, la familiar y la individual.
Y es que al estar constantemente apostando su patrimonio puede quedarse incluso sin nada. Los ludópatas son capaces de salir de esta situación a través de terapia psicológica y bajo su red de apoyo cercano.
3. Piromanía
La Piromanía consiste en ejecutar un acto de manera ilegal como un incendio con el único fin de recibir en recompensa altos niveles de satisfacción. Es necesario puntualizar que no es igual a los siguientes escenarios:
- Provocar un incendio con el fin de hacer daño a terceros.
- Que un individuo con cualquier otro trastorno como la esquizofrenia, bipolaridad tipo I y II o trastornos de ansiedad cometan dicha acción.
Es por ello que te explico de manera breve que una característica fundamental del perfil del pirómano. El 40% de los detenidos por incendios en los Estados Unidos son jóvenes con 18 años de edad. Según un artículo publicado en la web centrosaludenlaflorida.
Suelen ser adolescentes con entornos familiares disfuncionales, frustraciones personales y una poca educación en cuanto a las emociones.
4. Cleptomanía
La cleptomanía también forma parte de cómo aprender a controlar los impulsos agresivos. En este caso el perfil del cleptómano se caracteriza por una necesidad involuntaria de urtar elementos de cualquier índole. Con esto quiero decir que la persona no necesariamente roba algo que necesita o que forma parte de su cotidianidad.
En algunos casos se puede llegar a confundir con que el cleptómano es perfectamente capaz de robar para sentir placer. Lo cierto es que indirectamente pareciese que si, pero antes de ello tiene una serie de emociones negativas que experimenta.
Estas emociones también son capaces de manifestarse luego de la satisfacción o el placer inmediato.
También existe una enorme diferencia entre un ladrón común. Y es que el cleptómano no va perfeccionando su técnica o roba a mayor escala ni se hace profesional. Simplemente lo hace de manera ocasional e involuntaria por las razones anteriormente descritas.
Nota: Estos son solo algunos de los trastornos que forman parte del control de los impulsos o de los impulsos agresivos. Para su diagnóstico es de suma importancia conversar en terapia psicológica lo que ocurre. Y lo que es más importante, si el especialista de la salud mental que has escogido se especializa en la realización de diagnósticos.
De esta manera solo podrás determinar si tienes ciertos impulsos que fueron aprendidos en tu historia de vida, en tu historia escolar o bien a lo largo de tu vida. O si estos patrones escalaron a otra magnitud en la que se trata de algún trastorno del control de los impulsos.
¿Quieres evaluar esta diferencia y conversarlo con una especialista? Aquí estoy disponible para escucharte:
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